Suelo decir a mis alumnos que un cinturón blanco que ya no duda sobre su pasión por el brazilian jiu jitsu y que siente una motivación por aprender más grande que la frustración de seguir perdiendo cada día está en condiciones de recibir el cinturón azul.
Obviamente a ese cambio de actitud se debe sumar el conocimiento y desempeño técnico de los principios y bases del brazilian jiu jitsu.
Con el cinturón marrón este cambio sufre un segundo giro y es un giro que se logra cuando cristalizan por así decirlo los aspectos que forman el juego de cada persona.
El juego se hace claro para el cinturón morado, gana confianza en él y lo ejecuta cada vez con mayor eficiencia sobre cinturones blancos, azules y morados, con menor uso de fuerza y energía.
Pero sobre todo el cinturón marrón es un cinturón morado que disfruta su juego y ha dejado atrás las dudas sobre qué hacer para seguir mejorando y evolucionando.
Es un cinturón morado que se ha centrado en afinar su juego y buscar combinaciones y secuencias más ajustadas a sus técnicas, su fisonomía, su estilo de lucha y hasta su condición física.
Es un cinturón morado que sabe que la evolución está sobre todo en sus manos y que el profesor y otros compañeros son una ayuda en refinar detalles de su juego.
Con esta confianza y claridad se inicia otro camino, el del trabajo en mejorar la anticipación y los tiempos de reacción, pero sobre todo el trabajo de refinamiento de la defensa y de dominio de los tiempos de la lucha.
Un cinturón marrón debe aprender a imponer su juego y a retomarlo cuando lo pierde, debe aprender a defender y esperar la situación oportuna y debe tener opciones técnicas que le permitan volver a su juego.
Debemos aclarar en este punto que nos referimos a la defensa bajo máxima presión de compañeros más graduados, más jóvenes y más pesados.
El marrón es un cinturón de mejora de todos los aspectos del juego, la guardia, raspados, pasajes, lucha de pie, finalizaciones y escapes, conectando las técnicas en las que se ha ido especializando con el tiempo.
Es por último un camino también a ciertas decisiones y transformaciones en torno al lugar del jiu jitsu en su vida, al aprendizaje y la enseñanza y al enfrentamiento de las derrotas.
Es la última vuelta de tuerca a ese proceso de dominio sobre el ego y el orgullo que permite desligar el aprendizaje y el estatus de las derrotas y las veces que se pierde con otros compañeros.
Y este es tal vez uno de los más grandes desafíos que se plantea a los cinturones marrones, que piensan que mientras pierdan con cinturones menos graduados o de su mismo nivel no pueden ser cinturones negros.
Aprender a ser objetivo sobre sus condiciones y reconocer la multiplicidad de factores que determinan sus posibilidades de ganar o perder con otros compañeros es un proceso largo.
Aunque racionalmente se acepta la superioridad de un oponente más joven y fuerte, emocionalmente no se aceptan las derrotas.
Entender que como decía Helio Gracie, no ser finalizado por un oponente más grande, joven y fuerte es también una victoria y con seguridad la mejor victoria lleva tiempo.
Es el tiempo que necesita un cinturón marrón para llegar al cinturón negro pero a eso dedicaremos un artículo aparte.
Hasta aquí estas reflexiones sobre los aspectos que consideramos definen a un cinturón marrón, como siempre estaremos encantados de conocer otros puntos de vista.
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Sobre el cinturón marrón en brazilian jiu jitsu
Posted by blue belt university
Posted on noviembre 17, 2018
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